Hay que repensar los sistemas alimentarios para frenar el hambre
Para conseguir mayores progresos en la lucha contra el hambre, el mundo necesita que las comunidades en riesgo sean menos vulnerables a los eventos climáticos
DÍA MUNDIAL DE LA ALIMENTACIÓN: HAY QUE REPENSAR LOS SISTEMAS ALIMENTARIOS PARA FRENAR EL HAMBRE Y MINIMIZAR LOS EFECTOS DE LA CRISIS CLIMÁTICA
ROMA – Para conseguir mayores progresos en la lucha contra el hambre, el mundo necesita lograr que las comunidades en riesgo sean menos vulnerables a los eventos climáticos y otras emergencias, afirmó hoy el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas.
"Si queremos salir del ciclo interminable de crisis y respuesta, debemos abordar las causas profundas del hambre mediante proyectos plurianuales y a largo plazo que protejan a las comunidades de los impactos de la crisis climática", dijo Volli Carucci, Jefe de Resiliencia y Sistemas Alimentarios de WFP.
En el Día Mundial de la Alimentación de este año, unos 345 millones de personas se enfrentan a una inseguridad alimentaria aguda y el sistema humanitario lucha por mantenerse al día con las necesidades. Reducir las necesidades humanitarias, haciendo que las comunidades vulnerables sean más resilientes, es tan importante como responder a las crisis cuando surgen.
En Cuba, las actuales líneas de trabajo de WFP están enfocadas hacia la seguridad alimentaria y nutricional de los grupos de población más vulnerables.
Entre ellas se destacan el fortalecimiento y la sostenibilidad de los sistemas de protección social y su vínculo con las cadenas de valor agrícola, para un suministro estable de alimentos nutritivos y de alta calidad, así como, el incremento en la resiliencia de las comunidades, la gestión del riesgo de desastres y las capacidades de adaptación al cambio climático al nivel local.
La implementación de proyectos y operaciones en estas áreas específicas se lleva a cabo de conjunto con un equipo multisectorial a cargo de su ejecución a nivel nacional y local. Tal es el caso de la alianza entre WFP Cuba y el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, que colaboran en el fortalecimiento de capacidades para incrementar la resiliencia de los sistemas alimentarios locales ante el impacto de eventos extremos de desastres y las consecuencias del cambio climático.
“Las actuales crisis mundiales han llevado a la humanidad a la búsqueda de nuevas y más creativas maneras de dar solución a los problemas”, aseveró Etienne Labande, Representante de WFP en Cuba “Nosotros, desde nuestro mandato vinculado a la seguridad alimentaria y nutricional, también hemos aprendido esto y toca implementar esas lecciones en las operaciones que llevamos a cabo día tras día”.
Hacer que los sistemas alimentarios sean más resilientes implica una serie de enfoques diferentes. Los sistemas de alerta temprana pueden ayudar a las comunidades vulnerables a prepararse para las crisis climáticas. Las comunidades y los sistemas alimentarios locales pueden protegerse restaurando los recursos hídricos, cavando canales de riego y reconstruyendo barreras naturales contra los extremos climáticos.
Otros programas de resiliencia ayudan a las personas de las comunidades rurales a restaurar la fertilidad del suelo, reconstruir la infraestructura del mercado y reducir las pérdidas poscosecha. La rehabilitación de tierras y la conservación del agua también son fundamentales.
“Necesitamos reconfigurar los sistemas alimentarios en los lugares donde la gente pasa hambre y regenerar la base de esos sistemas: la tierra. Tenemos que ayudar a los pequeños agricultores a llevar alimentos a las tierras degradadas y crear empleos dentro de los sistemas alimentarios. A largo plazo, esto ayudará a reducir las necesidades humanitarias y el número de costosas operaciones de respuesta de emergencia necesarias”, afirmó Carucci.
Con información de Yursys Miranda y Dalila Acosta