La cooperación internacional bien articulada puede marcar la diferencia

Francisco Pichón: Durante el 2024, acompañamos áreas clave del desarrollo sostenible de Cuba y respondimos a los desastres con sentido de urgencia.
Por: Francisco Pichón, Coordinador Residente del Sistema de las Naciones Unidas en Cuba
El 2024 quedará grabado en la memoria colectiva de Cuba como un año que puso a prueba, como pocos, la fortaleza y solidaridad de sus comunidades. No creo que la memoria del país haya registrado antes el azote de dos huracanes y dos sismos en el corto lapso de tres semanas, precedidos por una desconexión del Sistema Eléctrico Nacional, que privó de ese servicio por varios días a todo el territorio.
2024 fue, entonces, un año de resiliencia. En primer lugar, para más de un millón de personas afectadas por los desastres, que debieron hacer avanzar sus vidas en medio de la adversidad. Y para el pueblo cubano en su conjunto, sometido a prolongadas sanciones económicas y financieras, y a las consecuencias de la inclusión de Cuba en la llamada “lista de países patrocinadores del terrorismo ”, medida que revocara la administración norteamericana saliente en las postrimerías de su mandato, y retomara, apenas instalado, el nuevo gobierno de los Estados Unidos.
Dentro de ese contexto, la resiliencia de cubanas y cubanos infundió también su impronta en el trabajo de ONU Cuba y las operaciones implementadas en el terreno por las diferentes Agencias, Fondos y Programas. A veces, en medio de apagones, o de escasez de combustible, o de escasos proveedores y fletes encarecidos para muchas de las importaciones asociadas a nuestros proyectos. Pero este Reporte de Resultados no es un recuento de adversidades. Es, sobre todo, un testimonio de cómo, incluso en las circunstancias más difíciles, la cooperación internacional bien articulada puede marcar la diferencia.
Como se comprobará en las siguientes páginas, nada impidió que siguiéramos acompañando áreas clave del desarrollo sostenible de Cuba y que, al mismo tiempo, respondiéramos a los desastres con sentido de urgencia; identificando, de conjunto con las autoridades nacionales, las maneras más eficientes de apoyar a las personas damnificadas.
Lo que empezó siendo un Plan de Acción para el huracán Oscar, se transformó en un Plan de Respuesta integrado para dos huracanes y sismos por 78 millones de dólares. La primera asignación del Fondo Central para Emergencias de las Naciones Unidas (CERF) en respuesta al huracán Oscar, por 3.5 millones, fue complementada rápidamente por otra de seis millones para la respuesta al huracán Rafael, constituyendo casi la mitad de los 19.6 millones de dólares movilizados hasta fines del 2024 para la respuesta a estos tres desastres.
Sin embargo, el verdadero aprendizaje de 2024 va más allá de las cifras: confirmó que, en un mundo de recursos cada vez más escasos y crisis superpuestas, el futuro de la cooperación requiere una ONU más integrada, eficiente y solidaria. Este es el espíritu que guía la formulación de nuestro nuevo Marco de Cooperación correspondiente al ciclo 2026-2030, último plazo hacia las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Aún en marcha, la formulación del nuevo Marco de Cooperación de ONU en Cuba ha consolidado consensos estratégicos, y una visión compartida sobre prioridades críticas a futuro del trabajo conjunto: entre ellas, el financiamiento al desarrollo -en un contexto de recrudecimiento de las sanciones-, la transformación productiva -optimizando alianzas entre todos los actores económicos-, la transición energética -imperativo acuciante para asegurar la recuperación económica, y la sostenibilidad y calidad de los logros en el plano social y ambiental del país-, el apoyo a renglones estratégicos como los sistemas alimentarios y la industria biotecnológica -y a otros de un potencial creciente como las industrias creativas y culturales-, y el acompañamiento a los servicios sociales y los sistemas de protección social, atendiendo diferenciadamente a las personas en riesgo de quedar atrás.
La firma del nuevo Marco de Cooperación coincidirá con el aniversario 80 de las Naciones Unidas y con desafíos globales que pondrán a prueba las capacidades de la organización, no solo a nivel internacional, sino en el trabajo concreto por el desarrollo sostenible de los países, poniendo a las personas en el centro.
Su implementación demandará para el SNU en Cuba una mayor complementariedad entre agencias para evitar duplicaciones, promover soluciones innovadoras ante restricciones financieras, e impulsar alianzas más audaces con todos los sectores de la sociedad.
Las 22 Agencias, Fondos y Programas de ONU Cuba asumimos este desafío con esperanza y determinación. Trabajamos como una sola plataforma, alineando capacidades técnicas y recursos para impulsar las transformaciones que el país requiere. En la recta final hacia la Agenda 2030, sólo una cooperación articulada, ágil y centrada en las personas podrá generar cambios sostenibles.