Uso de datos y cambio climático: construyendo alianzas para el desarrollo sostenible

La necesidad de incorporar indicadores de movilidad humana a las acciones de Cuba contra el Cambio Climático, emergió en taller convocado por la OIM
Desde que en 1774 se realizara en Cuba el primer Censo de Población y Viviendas, fue evidente la relevancia del uso de datos para propósitos de ordenamiento y planificación. Aquel ejercicio, que estimó la población total de la Isla en 171 620 personas, pasó a la historia como el primero de América Latina y seguramente sirvió de referencia para otros censos realizados en la región.
Casi tres siglos después, las estadísticas, la información y los datos se han convertido en herramientas ineludibles para la toma de decisiones, de modo que modernizar los procedimientos para obtenerlos y procesarlos es una prioridad cada vez mayor, de un lado a otro del mundo. El propio Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, en su discurso de reelección, abogaba por unas “Naciones Unidas 2.0”, que priorizara en los próximos años mejores datos, análisis y comunicaciones; innovación y transformación digital.
Con ese propósito, el Centro de Estudio de Población y Desarrollo (CEPDE) de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), la Agencia del Medio Ambiente (AMA) y el Instituto de Geofísica y Astronomía (IGA) – ambos del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente-, de conjunto con la Organización Internacional para las Migraciones, del Sistema de las Naciones Unidas en Cuba, convocaron al segundo taller “Uso de datos, información y herramientas para la gestión de la movilidad humana como respuesta a desastres, pandemias, efectos adversos del cambio climático y degradación ambiental”, dentro del marco de la XIII Convención de Medio Ambiente que tuvo lugar hace pocos días en PABEXPO.

Sonia Karakadze, oficial de Enlace de la OIM, comentó sobre las expectativas del evento: “generar un espacio de diálogo fortalecido entre las agencias del SNU interesadas en la movilidad humana, y las contrapartes nacionales que abordan temas de estadísticas, gestión de riesgos, adaptación al cambio climático, ciencias sociales y salud, dentro de un contexto donde son esenciales estas herramientas para la toma de decisiones, especialmente para los gobiernos locales”.
El debate generado entre las instituciones participantes confirmó la relevancia del diálogo.
El Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la ONEI comentó herramientas como la aplicación SICDEMO, que da acceso a estadísticas de nacimientos, defunciones, matrimonios, divorcios, migraciones internas y externas, entre otras. Anunció igualmente la implementación en el próximo año del nuevo Censo de Población y Viviendas, que modernizará los instrumentos de captura de datos utilizando dispositivos móviles.
El Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de la Habana, por su parte, insistió en la necesidad de considerar e interpretar cualitativamente indicadores sociodemográficos en el trazado de políticas públicas. En ese camino, los observatorios demográficos distribuidos ya por todos los municipios del país constituyen un apoyo clave a la Política de Desarrollo Territorial y a las estrategias de desarrollo de los municipios, dentro de un contexto que apuesta crecientemente a la descentralización.
Desde el lado del Sistema de Naciones Unidas en Cuba, OIM focalizó la pertinencia de incorporar indicadores de movilidad humana a los estudios de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgos. Desde el año 2015, la organización fue la primera del Sistema de Naciones Unidas en crear una División de Migración, Medio Ambiente y Cambio Climático, precursora a nivel internacional en el estudio de las relaciones entre tendencias de movilidad y riesgos de desastres. En la medida que la sequía, la desertificación, las inundaciones en zonas costeras y la intensificación de los huracanes impacta las características del hábitat, la economía y el empleo, impacta también la movilidad humana.
La vulnerabilidad de Cuba a los efectos del cambio climático multiplica la relevancia de estos estudios. No es fortuito que el Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático lleve por nombre “Tarea Vida”. Según el Índice de Vulnerabilidad y Adaptación al Cambio Climático en América Latina y el Caribe, Cuba clasifica como un país de “alto riesgo”. Las observaciones muestran que su clima ha ido cambiando con aumentos de temperatura, lluvias estacionales cada vez más erráticas,mayor frecuencia de sequías prolongadas y severas, mayor frecuencia y gravedad de la actividad ciclónica e inundaciones costeras moderadas y fuertes. Setenta y ocho municipios, equivalentes al 46% del territorio nacional, son los más afectados en términos de intensidad de la sequía agrícola.
Tener en cuenta el impacto de esas tendencias sobre las dinámicas de la población, es un propósito compartido por OIM con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), que integra la movilidad y las migraciones a sus prioridades de acompañamiento al país. Garantizar que todos, en todas partes, sean contados, e identificar en particular a los grupos vulnerables, es una meta confirmada por Marisol Alfonso de Armas, Representante Auxiliar de la Oficina del UNFPA en Cuba, quien se refirió al papel de su entidad en la generación desagregada de datos dentro de cuatro áreas en la mira de esta Agencia: la dinámica de la población, la salud sexual y reproductiva, la igualdad de género y el desarrollo territorial.
El fortalecimiento de sistemas estadísticos forma parte también del Marco de Cooperación del Sistema de Naciones Unidas en Cuba con el país para el periodo 2020-2024, como parte del Área de Cooperación “Gobierno Eficaz”. La meta 17.18 de la Agenda 2030, por su parte, establece “la disponibilidad de datos oportunos, fiables y de gran calidad” desglosados por indicadores como sexo, edad, raza, origen étnico, estatus migratorio, entre otros.
El taller convocado por la OIM junto al CEPDE y la AMA – IGA avanzó un paso más en esa dirección, y descorrió el telón para consolidar alianzas. En la llamada “sociedad red” o “sociedad de la información”, por ese camino pasa también el desarrollo sostenible.
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