La vocación entrañable de soñar La Habana
Uno de los sueños de Eusebio Leal fue recuperar el Convento de Santa Clara, pronto una escuela de artes gracias al proyecto Transcultura, de la UNESCO
La ceiba, la cruz junto al ancla incrustadas en una pared, las grandes vigas de madera utilizadas para cerrar las puertas y ventanas... Con detalle y poesía, Eusebio Leal explicaba a los visitantes de aquel domingo 8 de septiembre de 2019, cada particularidad del antiguo Convento de Santa Clara en La Habana Vieja.
Regresar el otrora monasterio a la vida ha sido un sueño que acompañó a Eusebio, y por el que veló personalmente, aún en los momentos más difíciles para su salud.
Restaurar aquella ciudad en miniatura fue un deseo febril para él, que comenzaría a materializarse con fuerza por el respaldo decidido del Estado Cubano y el trabajo técnico de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, y que sería impulsado con el nacimiento del Programa Transcultura: Integrando a Cuba, el Caribe y la Unión Europea mediante la Cultura y la Creatividad, que implementa la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe de la UNESCO, conjuntamente con varias instituciones nacionales cubanas y caribeñas, y que recibe el financiamiento de la Unión Europea (UE).
“Es una pequeña ciudad del siglo XVII, que ha quedado encerrada dentro de estos muros (…) Lo que se ha obtenido de arqueología aquí es espectacular, porque como no había un servicio de higiene pública, se quemaban las cosas, pero la cerámica mayólica y otros objetos que no perecen con el fuego, los hemos encontrado y explican un poco gráficamente la historia del monasterio”, comentaría Eusebio en ocasión de esa visita de Federica Mogherini, Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y de Katherine Müller-Marín, Directora de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe de la UNESCO.
En el contexto del Programa de Transcultura, el Convento se convertirá en un Centro de formación en artes y oficios para la restauración y conservación del Patrimonio con alcance en Cuba, el Caribe y en un futuro, a la región latinoamericana.
“El colegio que vamos a crear aquí es una salida académica del Colegio Universitario de San Gerónimo de La Habana, que forma profesionales a partir de aquel deseo de Fidel cuando dijo: «Aquí se va a enseñar lo que no se enseña en ninguna otra parte»; porque allí se enseñará al mismo tiempo Arqueología, Bellas Artes, Lenguas antiguas, Lenguas indoamericanas, Arquitectura de paisajes. Entonces el ruinoso convento de Santa Clara, Monumento Nacional, se convertirá en la sede del Colegio Santa Clara, que será un taller grande, apoyado por un financiamiento de la UE”, afirmó ese día Eusebio.
Gracias al Programa de Transcultura, la restauración a la que está siendo sometido el inmueble lo convertirá en un espacio para “formar a especialistas no solo de oficios, y no solo de bienes inmuebles, sino también de bienes muebles, de todo tipo de soporte: metales, piedras decorativas, pintura mural”, afirmó recientemente Gladys Collazo, Directora de la futura institución.
La formación que se ofrezca recogerá la experiencia en materia de restauración acumulada, por décadas, por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.
Cuando los jóvenes comiencen a llenar las aulas del antiguo Convento Santa Clara, el sueño de Eusebio se multiplicará en conocimientos y destrezas para transformar ciudades, inmuebles y obras patrimoniales en espacios de aprendizaje, de intercambios y de integración cultural.
El legado de la profunda vocación pedagógica de Eusebio, mentor de cientos de jóvenes a lo largo de su vida, cobra fuerza en la comunidad y extiende sus brazos hasta los hermanos caribeños que se interesan por el valor de la cultura y el patrimonio para el desarrollo local.
Así, el Convento Santa Clara pasará a irradiar, con su historia, su belleza restaurada, y sus servicios, a la comunidad que lo rodea, con aires académicos, de reunión de artistas, de oportunidades para el emprendimiento y apreciación de un tesoro que esperaba, medio dormido, medio alerta, a que el corazón y la energía de Eusebio se posaran sobre él.
Por: Leslie Salgado, Consultora de Comunicación
Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe de la UNESCO, Habana